La batalla legal entre Chanel y What Goes Around Comes Around (WGACA) comenzó en 2018 cuando Chanel acusó a la plataforma de reventa de infringir su marca, vender productos falsificados y engañar a los consumidores sobre una supuesta vinculación entre ambas empresas. En febrero de 2024, un jurado declaró a WGACA culpable de infracción deliberada de marca y falsa publicidad, otorgando a Chanel 4 millones de dólares. Tras este veredicto, Chanel exige una compensación adicional de casi 100 millones de dólares por beneficios no percibidos y busca una medida cautelar para limitar la reventa de sus productos. WGACA niega las acusaciones y argumenta que opera de manera legítima en el mercado de lujo de segunda mano.